martes, 3 de febrero de 2009

Sobre el fin de la historia

Para visiones prospectivas, mirad este artículo recién aparecido de Domènec Ruiz Devesa, que repasa algunas de las teorías del fin de la historia (Fukuyama, Huntington) y reivindica el legado socialdemócrata.
http://www.elpais.com/articulo/opinion/socialdemocracia/fin/historia/elpepuopi/20090203elpepiopi_4/Tes

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Podemos concluir que no existe el neoliberalismo, sino que sigue existiendo el viejo liberalismo burgués, que se basa en el principio del lucro personal, contrario a las necesidades y el bienestar de la sociedad.

El problema no es la intervención del estado, es estrictamente al revés: las grandes empresas se han superpuesto al estado utilizándolo como instrumento para sus fines económicos. Esto alcanza su mayor expresión en las sociedades altamente industrializadas. El ejemplo más elocuente el caso de los EE: UU:, modelo del liberalismo económico, con su complejo industrial militar, que ilustra ampliamente como las empresas se sirven del estado para dictar no solo la política económica que deben de adoptar, sino la política exterior.

Hoy día estamos en presencia de la ofensiva del neoliberalismo que exige
que el estado sea apenas un observador de los quehaceres
económicos y que la libre empresa, la iniciativa privada
sea la que regule el mercado. O sea que el liberalismo
de la década de los setenta, es solo una vuelta al
liberalismo del siglo XIX, que estaba basado en la
consigna del "dejar hacer, dejar pasar" sin que el estado
intervenga para nada.

Anónimo dijo...

El remedio a esta situación... posiblemente pueda ser, efectivamente, la socialdemocracia.

Anónimo dijo...

Creo exagerada la tesis de fin de la historia llevada a cabo por Fukuyama, ya que es imposible que se de una victoria perpetua. Entiendo que con la caida de la URSS, el capitalismo ganó esa batalla, pero creo que aun quedan muchas batallas que librar. Y China es un claro ejemplo de ello.
No creo en la lucha secular como génesis de los conflictos actuales, ya que aunque la religión está en la superficie de muchos de ellos, creo que existe más bien un trasfondo de intereses económicos y políticos-estratégicos, que llevan a la confrontación actual entre oriente y occidente.
Finalmente estoy en total desacuerdo con la afirmación de que la democracia liberal resolverá los problemas socioeconómicos. Primero creo que cabe preguntarse qué democracia existe en estos países occidentales, y si representa realmente la voluntad ciudadana, y algo mucho peor, si esa voluntad ciudadana responde a un verdadero acto de libertad individual. Segundo, las diferencias entre las propias poblaciones de los países ricos son abismales. EEUU tiene unas altas masas de población en la pobreza.
La socialdemocracia, aunque sí que creo que pueda funcionar en Occidente, no creo que constituya un elemento de fuerte desacuerdo con el liberalismo económico. Es decir, existen muchas formas de hacer socialdemocracia, yo lo veo más como un continuo entre el liberalismo económico y la sociedades intervenidas y de planificación estatal. Creo que la socialdemocracia se encuentra en este continuo, por lo que mantiene elementos de ambas perspectivas, que como resultado hace que no exista un fuerte oposcición con ellas.
Creo que esta crisis ha puesto de manifiesto que el "dejar hacer" al mercado no funciona, y que la ingenua mano invisible de Adam Smith no lo era tanto.
El gran pensador italiano Antonio Gramsci siempre nos da términos oportunos para aplicar a hechos sociales, como el de hegemonía cultural que aparece en el texto. El neoliberalismo, ciertamente, ha invadido distintas esferas, sociales, culturales, políticas e incluso metafísicas. La secularización de la política creo que se la debemos también a esta corriente.
Creo que necesitamos otro paradigma, lo que no estoy tan segura es que deba ser el de la socialdemocracia, que creo que seguirá manteniendo las estructuras de poder. Creo más bien en la necesidad de una revisión democrática.