viernes, 20 de febrero de 2009

Un debate en torno a las causas de la inmigración en España

Os adjunto los enlaces a un debate suscitado por un artículo reciente de David Reher y Blanca Sánchez Alonso sobre las causas de la intensidad del reciente movimiento migratorio hacia España. ¿Qué os parece?

http://www.elpais.com/solotexto/articulo.html?xref=20090218elpepiopi_13&type=Tes&anchor=elpepiopi

http://www.elpais.com/solotexto/articulo.html?xref=20090219elpepiopi_8&type=Tes&anchor=elpepiopi

http://www.elpais.com/solotexto/articulo.html?xref=20090220elpepiopi_8&type=Tes&anchor=elpepuopi

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con la respuesta ofrecida por Juan Antonio Fernández Cordón.
En primer lugar, sí creo que David Rehér y Blanca Sánchez han establecido una relación causa efecto entre la ley y la inmigración, a la que llaman masiva. Como dice Fernández Cordón existen multitud de causas que explican un fenómeno migratorio.
Por otro lado, es en momentos difíciles, de recesión cuando se discuten los derechos sociales, y es una pena porque es cuando son más necesarios.
Creo que deberíamos sentirnos orgullosos de que nuestro país, también por supuesto el país de los inmigrantes aquí instalados, sea el que más defiende derechos sociales para sus ciudadanos, ya que además se trata de derechos básicos como sanidad y educación.

Y dicen David y Blanca al finalizar su artículo "¿Aceptaría la sociedad española un endurecimiento de los derechos de los inmigrantes en ese sentido? Si la respuesta es no, todos debemos ser conscientes de lo que ello implica."
Yo añado que si la respuesta es sí, también deberíamos ser igualmente conscientes de lo que ello implica. Pobreza para algunos, marginación, exclusión social, enfermedad...
Prefiero que todos "perdamos" un poco a que unos pierdan mucho y otros nada.
Por otro lado he leido también a Monereo Pérez - Molina Navarrete - Catedráticos de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social Universidad de Granada y Jaén,respectivamente y dicen los siquiente:"Contrariamente a una extendida opinión, la Ley Orgánica de Extranjería 4/2000 mantuvo importantes elementos de continuidad con la ley de 1985, especialmente en lo relativo al procedimiento de control de los flujos de migración. En este sentido, la reforma operada en la Ley del 2000 por la Ley 8/2002 supuso un empeoramiento en el estatuto de los derechos personales y de ciudadanía de una parte de los trabajadores emigrantes: los que se encuentran en situación irregular."
No se si esto será así, ya que desconozco lo que fue la Ley de 1985, aunque lo que sí se es que esta ley se titula: "Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social."
Por tanto su finalidad, como creo que debe ser, no es únicamente controlar el flujo migratorio, sino asegurar y promover la integración social de los inmigrantes.

Inma dijo...

Yo también creo, como Isabel, que el artículo de Ráher y Sánchez Alonso establece una correlación causa-efecto y, a decir verad, sin la aclaración del segundo artículo por parte de estos dos autores, la conclusión que deja el texto es que "la excepcionalidad" de la que habla es el efecto llamada, del cual no parecen sentirse muy orgullosos. La argumentación de Sánchez Cordón, sobre lo que habría supuesto para la sociedad inmigrante si la llamada la hubiese incitado el hecho de la cobertura social, me parece lógica.
Por otro lado, creo que es lamentable que Ráher y Sánchez Alonso mencionen la Ley de extranjería de 2000, en lo que se refiere a los derechos de empadronamiento y acceso a servicios sociales, como algo negativo, o esa es la impresión que deja. Efectivamente, coincido de nuevo con Isabel al pensar que esa "excepcionalidad" española nos debería de hacer sentir orgullosos. Algo bueno en nuestras políticas de inmigración teníamos que tener.
Se les escapa, o no les interesa mencionar, que ese efecto llamada ha sido provocado en virtud de los intereses políticos. Tanto con las legislaturas del PP, como en las dos del PSOE ha habido regularizaciones y acuerdos, primero con Latinoamérica (con el PP, en el año 200-2002 creo), cuando escaseaba la mano de obra en nichos laborales desocupados por la población autóctona, sobre todo en agricultura y construcción más tarde. Entonces se firmaron acuerdos con países de Latinoamérica para crear contratos a trabajadores de estos países; quizá por la comodidad de la lengua, o quizá por otros intereses políticos. Más tarde, en 2005, el PSOE hizo un proceso de regularización de inmigrantes, la mayoría rumanos, quizá porque Ruamannía entraba en la UE y porque se beneficia de subvenciones.
Ambos procesos son buenos y necesarios, tanto para la población inmigrada, como para la autóctona y su economía. Ahora bien, estos hechos pueden suponer mayor afluencia de inmigrantes, que el hecho de tener toda la cobertura social de que gozan, ni mñás ni manos que como cualquier otro ciudadano que reside en nuestro país.
Creo que los autores han pretendido poner toda la culpa en las ventajas sociales, y han pasado por alto que hay otros factores que afectan, en una mayor medida, a la iniciativa de emigrar, como es, fundamentalmente, el trabajo y los derechos socioeconómicos.
Ahora que el país está en crisis y ya no nos interesa la mano de obre, nos planteamos si le afectaría a la sociedad endurecer los derechos de los extranjeros. Desde mi punto de vista, ya no existe una sociedad española a parte de la inmigrada, con lo cual, afectaría al conjunto de la sociedad y puede que, a peor, también a su economía. Y eso es lo que deberíamos intentar ver: una sociedad común, con unos intereses comunes y unos derechos comunes, sin importar por qué llegaste o cuándo o de dónde viniste.

Andrés Sánchez Picón dijo...

Los argumentos que exponen Isabel e Inma son de peso. De todos modos, la situación de recesión económica va a suponer un replanteamiento del debate sobre la inmigración en nuestro país. Aunque no dudo de su necesidad (y de su inevitabilidad), en estos momentos se pueden alumbrar verdaderos "monstruos".